Qué esperar después de un parto vaginal.
Atención Postnatal. El embarazo cambia tu cuerpo de maneras que no imaginas, y este proceso no se detiene cuando nace el bebé. Esto es lo que debes esperar física y emocionalmente después de un parto vaginal.
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Inflamación vaginal.
Si tuviste un desgarro vaginal durante el parto, la herida podría dolerte durante algunas semanas. Los desgarros extensos podrían demorar más tiempo en curarse. Para aliviar las molestias durante la recuperación, puedes conversar con tu médico acerca de las siguientes opciones:
- Siéntate en una almohada o un cojín viscoelástico.
- Enfría la herida con una compresa de hielo o coloca una almohadilla fría con hamamelis entre una compresa higiénica y la herida.
- Usa una botella de material blando para aplicar agua tibia en el perineo mientras orinas.
- Siéntate en un baño de agua tibia lo suficientemente adentro para que se cubran tus glúteos y la cadera durante cinco minutos. Usa agua fría si te parece más relajante.
- Toma un analgésico de venta libre. De ser necesario, pide a tu médico algún espray o crema anestésicos.
- Consulta con tu médico sobre si puedes utilizar un ablandador de heces o un laxante para evitar el estreñimiento.
Infórmale a tu profesional de atención médica si estás sintiendo dolor intenso, persistente o en aumento, lo que podría ser un signo de infección.
Secreción vaginal.
Después del parto, la membrana mucosa superficial que reviste el útero durante el embarazo comenzará a desprenderse. Tendrás secreción vaginal, que consiste en esta membrana y sangre (loquios), durante semanas. Esta secreción será roja y abundante durante los primeros días. Luego disminuirá, se volverá cada vez más acuosa y cambiará de color marrón rosado a blanco amarillento.
Comunícate con tu médico si tienes sangrado vaginal abundante (el sangrado empapa una toalla sanitaria en menos de una hora), especialmente si está acompañado de dolor pélvico, fiebre o sensibilidad uterina.
Contracciones.
Es posible que sientas contracciones, a veces llamadas dolores posparto, durante los primeros días posteriores al parto. Estas contracciones, que suelen asemejarse a los cólicos menstruales, ayudan a evitar el sangrado excesivo, ya que comprimen los vasos sanguíneos del útero. Los dolores posparto son habituales mientras estás amamantando debido a la liberación de oxitocina. Es posible que el profesional de la salud te recomiende un analgésico de venta libre.
Caída del cabello y cambios en la piel.
Durante el embarazo, los niveles hormonales elevados provocan un incremento en el crecimiento del cabello en relación con la fase de reposo o caída de cabello. El resultado es, a menudo, una cabellera muy abundante, pero llegó la hora de la devolución. Después del parto, se te caerá el cabello durante al menos cinco meses.
Si bien las estrías no desaparecerán tras el parto, con el tiempo se atenuarán, y el rojo se volverá plateado. El oscurecimiento de la piel durante el embarazo, como las manchas oscuras en la cara (melasma), también desaparecerán lentamente. Atención Postnatal
Cambios de humor.
El nacimiento de un bebé suscita una mezcla de emociones poderosas. Muchas madres primerizas experimentan un período de tristeza o ansiedad, a veces llamado melancolía posparto. Los síntomas incluyen cambios de humor, episodios de llanto, ansiedad y dificultad para dormir. La melancolía posparto generalmente desaparece en dos semanas. Mientras tanto, cuídate. Comparte tus sentimientos y pide ayuda a tu pareja, amigos o seres queridos.
Si presentas cambios de humor graves, pérdida de apetito, cansancio abrumador y falta de alegría en la vida poco después de dar a luz, es probable que tengas depresión posparto. Comunícate con tu profesional de salud si piensas que podrías estar deprimida, en especial si los síntomas no desaparecen por sí solos, tienes dificultad para cuidar a tu bebé o completar las tareas diarias, o si tienes pensamientos de hacerte daño a ti misma o a tu bebé. Atención Postnatal.
PODCAST UCV RADIO - CLÍNICA MERCED
Incontinencia.
El embarazo, el trabajo de parto y el parto vaginal pueden estirar o lesionar los músculos del piso pélvico, que dan sostén al útero, la vejiga, el intestino delgado y el recto. Esto podría causar que se escapen unas gotas de orina al estornudar, reír o toser (incontinencia de esfuerzo). Por lo general, estos problemas mejoran en pocas semanas, pero pueden persistir a largo plazo.
Mientras tanto, usa toallas sanitarias y haz los ejercicios de Kegel que te ayudarán a tonificar los músculos del piso pélvico. Para hacer los ejercicios de Kegel, imagina que estás sentada sobre una canica y contrae los músculos pélvicos como si estuvieras levantando la canica. Prueba realizar esto durante tres segundos a la vez; luego relaja a la cuenta de tres. Intenta hacer el ejercicio de 10 a 15 veces seguidas, al menos tres veces al día.
Hemorroides y evacuaciones intestinales.
Si sientes dolor durante las deposiciones y sientes hinchazón cerca del ano, es posible que tengas hemorroides: venas inflamadas del año o la parte inferior del recto. Para aliviar las molestias mientras las hemorroides se curan:
- Aplica cremas para hemorroides de venta libre o supositorios con hidrocortisona.
- Utiliza almohadillas con hamamelis o un agente anestésico.
- Sumerge tu zona anal en agua tibia durante 10 a 15 minutos dos o tres veces al día.
Si evitas las deposiciones por temor a lastimar el perineo o agravar el dolor de hemorroides o las heridas de episiotomía, toma medidas para que tus deposiciones sean blandas y regulares. Come alimentos con alto contenido de fibra, incluidas frutas, verduras y cereales integrales, y bebe mucha agua. De ser necesario, pídele a tu médico un ablandador de heces.
Mamas sensibles.
Unos pocos días después del parto, es posible que las mamas se congestionen, se vuelvan firmes y sensibles (ingurgitación mamaria). Se recomienda amamantar al bebé con frecuencia para evitar o minimizar la ingurgitación mamaria. Si las mamas se congestionan (ingurgitación mamaria), incluidos los círculos oscuros alrededor de los pezones (areolas), el bebé podría tener dificultades para prenderse al pecho. Para ayudar a que el bebé se prenda, puedes extraer manualmente la leche o bien utilizar un sacaleche para extraer una pequeña cantidad de leche materna antes de alimentar a tu bebé. Para aliviar el malestar de las mamas, aplica toallas tibias o toma una ducha tibia antes de amamantar al bebé o de extraer la leche. Esto podría facilitar la extracción de la leche. Coloca toallas frías sobre las mamas entre las tomas. También pueden ser útiles los analgésicos de venta libre.
Si no estás amamantando, usa un corpiño con buena sujeción, por ejemplo un corpiño deportivo. No utilices el sacaleche ni extraigas la leche, ya que esto causará que produzcas más leche.
CHRISTIAN OYANEDER.